viernes, 2 de octubre de 2015

SI LA EDUCACIÓN ES MÁS IMPORTANTE QUE CUALQUIER TELA

*Colectivo Puente Madera



Si la educación es más importante que cualquier tela que ondee al viento para mayor regocijo de las respectivas tribus, ¿por qué prácticamente nadie ha hablado de ella (ni de sanidad, ni de cultura, ni de dependencia, ni de trabajo…) en las recientes elecciones catalanas?

Si los niños son el futuro, ¿por qué aceptamos que la LOMCE nos devuelva al siglo XIX?
Si la escuela debe fomentar la ciencia, la libertad de pensamiento y la razón, ¿por qué mantenemos la catequesis, con sus dogmas y su pensamiento mágico, en las aulas?

Si no permitimos que nuestros hijos se atiborren de chuches, ¿por qué dejamos que los libros de texto atasquen sus cabezas con una cantidad de datos y conocimientos que son incapaces de digerir? ¿Por qué prestamos más atención a su estómago que a su cerebro?

Si la infancia no es una competición, ni el aprendizaje una carrera de galgos, ¿por qué el actual sistema educativo se empeña en formar en “competencias”?

Si las personas no estamos fabricadas en una cadena de montaje, ni estamos modeladas con un mismo patrón, ni, afortunadamente, estamos hechas en serie, ¿por qué ahora todo el sistema educativo gira en torno a los denominados “estándares”?

Si la educación no cotiza en Bolsa, si el Ibex no mide su éxito o fracaso, si los colegios no son sociedades anónimas ni equipos de fútbol, ¿por qué la ley actual prevé la confección de rankings de centros educativos, de modo que los habrá de primera, segunda y tercera división?

Si nuestras escuelas e institutos deben ser espacios donde se fomente la cooperación, la solidaridad y el apoyo mutuo como factores fundamentales para el crecimiento personal y el progreso social, ¿por qué, sin embargo, una de las mencionadas competencias clave se denomina “Sentido de la iniciativa y espíritu emprendedor” (es decir, empresarial)? ¿Por qué a chavales de 13 o 14 años (3º de ESO) se les imparte una asignatura denominada “Taller de iniciación a la actividad emprendedora y empresarial”? ¿Cómo es posible que el secretario de Estado de Educación Marcial Marín se atreva a afirmar, tan resuelto él,  que“hay que orientar los estudios hacia las necesidades de las empresas desde Primaria” sin que se monte la de dios?

Por cierto, si no se nos ocurre que el pintor arregle el motor de nuestro coche, ni confiamos la pintura de nuestra casa al mecánico, ¿por qué dejamos que personajes absolutamente ineptos, sin formación específica ni experiencia docente, gestionen ni más ni menos que la educación pública? ¿Cómo puede ser secretario de Estado de Educación un individuo que probablemente suspendería la reválida de 3º de Primaria?

Mientras gobierne el PP, nuestro sistema educativo está en peligro. La escuela pública ha sufrido un gravísimo proceso de mercantilización. El capitalismo se ha incrustado en lo más profundo de su estructura pedagógica y organizativa. Además, ha sido objeto durante estos últimos años de recortes salvajes que han provocado una merma en la calidad de la enseñanza, lo cual ha permitido que el sector privado haya multiplicado su volumen de negocio de forma exponencial. En Madrid ya hay más colegios privados que públicos. Si no permitimos que nadie destruya ni robe lo que es nuestro, ¿por qué luego consentimos que nuestros gobernantes, incumpliendo sus propias promesas, destrocen y malvendan la educación y la sanidad públicas, que también son nuestras porque son de todos?

Estamos en un momento decisivo en la historia de nuestro país, de nuestro continente y del mundo. Si somos realmente mayoría los que creemos en los servicios públicos, los que no queremos que nuestra sociedad se convierta en una selva en la que impere la ley del más fuerte, los que no deseamos que nuestra democracia termine definitivamente convirtiéndose en un decorado vacío de contenido, ¿por qué no dejamos de hacer el indio con nuestros sectarismos y nuestros egos y unimos nuestras fuerzas?





*El Colectivo Puente Madera está formado por Enrique Cerro, Esteban Ortiz, Elías Rovira y Javier Sánchez.

No hay comentarios:

Publicar un comentario